Esta es una cuestión bastante recurrente que
brota en las asambleas o bien tertulias de traductores y cada vez más en la red. Creo que este enfrentamiento puede ser enriquecedor y muy ventajoso para las
dos partes. Creo también que es muy importante que tanto las agencias de traducción de España como los traductores autónomos podamos charlar de este asunto sin tapujos ni miramientos.Voy a pretender aclarar en esta entrada 2 de conceptos
importantísimos que en este ”combate” los traductores es posible que podamos
confundir o bien no tener totalmente claros.
A pesar de la abultada transcendencia de esta conversación,
que afecta a todos y que ayuda a todo el grupo de traductores, es fundamental
que dispongamos de toda la información posible, pero en verdad muy pocos se
comprometen y exponen cifras detalladas. Podemos localizar en muchas bitácoras,
en foros de discusión, etcétera, excluyendo las asambleas en persona donde
habitualmente no existen testimonios gráficos, muy pocos traductores
autónomos tienen los bemoles de decir
cuánto pide por palabra en sus traducciones.
Será verdaderamente útil para los traductores que comienzan
su andanza en el terreno laboral, en tanto que es posible tener una visión
global del mercado con la trayectoria de los traductores expertos. Y para los
más veteranos, que cabe la posibilidad de que pensemos que ya lo sabemos todo,
tendremos la posibilidad de conseguir otros puntos de vista y hallar mejor por
qué razón hay algunos ciertos hábitos con respecto a las tarifas entre los
traductores ”principiantes”.
Esto es de esta forma por distintas cuestiones. Hay quien
dice que revelando su tarifa los pone en una situación más comprometida en el
momento de negociar ante futuros clientes del servicio o bien agencias de
traducción. Después de esto, existe una suerte de temor frente a las posibles
pareceres de otros traductores que pueden opinar que aplicamos un costo elevado
o bien excesivamente bajo (generalmente opinarán que cobramos poco). Cuando
pasa este último caso, por norma general encontraremos creencias educadas,
varias edificantes, en tanto que cada uno tiene creada su opinión en referencia
a este tema. Sin embargo, podemos hallar a unos pocos que siempre y en toda
circunstancia procuran incendiar el diálogo.
Los “aniquiladores” de las tarifas de traducción son los
traductores autónomos que, frente a un colega que afirma cobrar menos de
”equis” desenfundan el sable y empiezan a seccionar cabezas
indiscriminadamente, clamando al cielo ante semejante despropósito. La retahíla
de comentarios a este respecto es repetitiva, véase “actuando así esta
profesión pierde su prestigio”, “rompes el mercado”, etcétera Estos traductores
no piensan en las posibles circunstancias individuales ni qué nivel de
complejidad o bien clases de proyectos de traducción son. Lo menos importante
sería el cobrar menos de X, lo esencial es encender las antorchas. Puesto que a
estas personas debo decirles lo
siguiente:
Creo que el origen del dilema en todos y cada uno de los debates en relación a
las tarifas es que usamos una unidad de cálculo equivocada en el momento de
determinar si tenemos unos beneficios apropiados para poder vivir de forma
digna cumpliendo la labor de traductor profesional. Atestiguar con total
seguridad que 0,04 € es un honorario que no se puede aceptar es exactamente lo
mismo que Atestiguar que un país cuente con cinco millones de parados es una
aberración. Como todas y cada una de las cosas en este mundo, depende
innegablemente del contexto. Desarrollo mi argumento: cinco millones de
personas en paro es desmedido si hablamos de un país como España, no obstante
si lo decimos de un país como los Estados Unidos de América es una cantidad que
firmarían con gusto los políticos de dicho país. En consecuencia, para decir
que 0,04 es una tarifa indigna o bien alta deberemos equipararla con un ámbito
similar para poder ejecutar una correlación. ¿Qué número de palabras tengo
capacidad de traducir en menos de una hora en este texto especializado? ¿Cuánta
terminología especial conlleva? ¿Cuántas horas voy a dedicar para traducir este
texto?. De esta manera, conseguimos efectuar comparaciones eficaces relativas a
nuestros honorarios.
Como muestra: una tarifa de 0,04 para medio millar de
palabras sea positivo si se trata de traducir la circular de una corporación
donde notifica que se traslada y también
avisa sobre su contacto. Hablamos de un texto claramente fácil,
prácticamente ninguna terminología y vamos a poder efectuar esta traducción sin
absolutamente ningún tipo de problema en media hora. En el caso opuesto,
aplicar una tarifa de 0,04 para una investigación médica sobre un cáncer es
algo absurdo, en tanto que difícilmente podremos traducir más de cuatrocientas
palabras en 60 minutos, gracias a la difícil terminología y que la traducción se ha de entregar perfecta.
Es el instante de parar de hablar de precios e iniciar a
negociar de € por palabras y hora o de € por hora. De esta manera, podemos
brindar aclaraciones más objetivas cuando nos consulten para conocer si una
tarifa es correcta y asimismo dispondremos de demostraciones con las que
resguardarnos ante “ataques” de otras personas.
En varios de estos ”combates” en Internet se nombra una
expresión por la parte de los traductores menos experimentados, que viene a
decir algo de esta forma: “tienes opción de negociar con más fuerza las tarifas
pues tienes cubierta la espalda o bien por el hecho de que tu clientela siempre
y en toda circunstancia cuenta contigo y depende de ti”. Y en cierta manera,
nos les falta razón (existen salvedades). Cuando los traductores con escasas
”horas de rodaje” comienzan su andanza en el mercado, están en condiciones
peores, debido a que:
Tienen que conciliar el punto precedente con sobrevivir,
puesto que el humano tiene la fea costumbre de precisar comida diariamente para
poder subsistir. Imperiosamente deben lograr un hueco en el mercado,
acrecentando su experiencia para más tarde poder tener acceso a más clientes de
su servicio. Esto facilita poder tener
mayor posibilidad de selección y de negociación que les permita la opción de
lograr una rentabilidad más atractiva.
Conciliar estos 2 puntos es, en el mejor caso, complicado, y
en la mayoría de los casos nos fuerza a tener que aceptar honorarios y
rentabilidades más reducidas. Existen traductores profesionales que critican
este hecho y piensan que es el mayor error de la era moderna. Otros, en cambio,
consideramos que cuando se empieza, no hay más opción que acatar lo que se
ofrezca.
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